
-Lindo atuendo…
Rió muy sorprendida, ya había olvidado la ropa que llevaba pero solo lo tomo como una buena anécdota no le importo demasiado y contestó:
- No tenía ninguna intención de llegar aquí, pero las cosas siempre toman el rumbo que desean….
- Discrepo totalmente en eso, creo que las cosas toman la dirección que nosotros les damos…
- Quizás puedas tener razón porque daré dirección a mi vida y me iré…. Adiós.
Se sabía una chica muy atractiva y por lo mismo no quiso terminar su historia con él, quiso algo más. Camino a la plaza del pueblo y logró ver a aquel hombre ya longevo, que por una moneda le dio un papel con su “destino”, lo que para ella significó casi una ofensa ya que consideraba que el destino de una joven linda e inteligente no se podía resumir en dos líneas de un papelito, de todas maneras había decidido conservar dicha predicción para otro momento que nunca llegó.
-¿Qué hace una joven tan tarde por aquí?
-¿Quizás viene en busca de su destino?
-Esas son tonterías nunca he creído en esas porquerías, son un fraude, un robo… Yo ya debo cambiar el rubro, tocaré el acordeón… lo que de todas maneras no te alejará de tu destino…
- Como así, no que no creía?
- El destino no está escrito en un papel pero eso no significa que no esté… y la música te lo hace sentir, no ver, ni escuchar, sentir… Vete a casa señorita.
- Lo haré…
Siguió el camino sin detenerse pensando, riendo, analizando y antes de tocar la arena notó que ya amanecía sacóse sus pantuflas y camino por la helada playa hasta llegar a una roca muy cerca de la espuma del agua, esta vez no quiso pensar y solo lloró y lo hizo por largo rato considerando que lo sucedido ya estaba hecho, con intención o sin intención, con culpa o sin culpa, con perdón o sin perdón ya todo estaba dicho.