Una felicidad inesperada me visita

Mi foto
Nombre: Una felicidad inesperada me visita
Ubicación: Chile

12/09/2008


_________Si tuviera una de aquellas noches donde la palabra era nuestra invitada de honor, de la que siempre abusábamos hasta el alba, la que alimentábamos con café y unos cigarrillos, donde relatábamos nuestras verdades, anécdotas, triunfos y vergüenzas y nos decíamos la honestidad en cada frase, donde temíamos ambos pero juntábamos nuestras manos y seguíamos sin parar a analizar nada, cuando nos amábamos, ¿Lo recuerdas?... cuando un beso adquiría tal connotación que solo nosotros y apenas podíamos vagamente interpretar, donde sobredimensionábamos al uno del otro, aquellas noches donde llorábamos por nuestras bajezas y pedíamos a Dios ser mejores personas, y nos abrazábamos consolándonos, entendiéndonos, alentándonos… ¿Lo recuerdas?... cuando cada uno era capaz y gustosamente complacía al otro, complementaba al otro, amaba al otro, cuando la gente murmuraba por ahí: “Que linda pareja hacen”, cuando nuestras miradas decían cómo nos habíamos extrañado a la hora preciosa de vernos, cuando el lugar y la conversación no importaban, era gratificante escuchar solo el uno del otro, cuando nos besábamos en cada lugar y en cada hora, aunque fuera con una mirada, aunque fuera con un recuerdo, aunque fuera solo con la ilusión de que tuviéramos un tiempito libre para hablar, para reír, almorzar o simplemente abrazarnos… cuando era oportuno disfrutar de un helado en el parque mientras él jugaba por ahí, ¿Lo recuerdas?... Una de esas noches en que nuestra conversación terminaba en una lluvia, y nos quedábamos inmóviles disfrutando de aquello, porque siempre nos gusto mucho la lluvia, empaparnos ahí en silencio de la mano, leer poesía, Benedetti era nuestro autor, disfrutando de un vino caliente, o quizás de aquellas veladas donde cantábamos por horas riendo e intentando hacerlo bien… Cuando escuchábamos nuestros “cassettes” aunque divergíamos en muchos autores musicales también había otros que nos identificaban demasiado, como María Marta Serra Lima, con la poesía de Oliverio o Fernando Delgadillo y su guitarra, por nombrar algunos de los que inmortalizaron algunos de nuestros maravillosos momentos en aquellos diálogos de medianoche… Cuando cada hora era perfecta e inacabable, esas noches emblemáticas, de conocernos, de descubrirnos, de aceptarnos, pero sobre todo querernos como fin último, cuando cometíamos errores basados en el amor pero éramos tan capaces de decir lo siento, porque sabíamos que no venía de mala fe, cuando solíamos ser tan íntegros a pesar de nuestros defectos, éramos tan íntegros, en realidad nuestro amor lo era, cuando podíamos contar el uno del otro, escuchar tus relatos, tus anécdotas, tu risa que distendía, que relajaba, que en nuestras tertulias rompía el hielo… los momentos en el mar, en ese paisaje maravilloso nocturno, sintiendo el oleaje, el viento casi frio en nuestro rostro, nuestras confesiones en la arena, nuestros besos en las rocas, nuestras idas y venidas por cada mirador, el prólogo de nuestra historia… Si tuviera una de esas noches… si tuviera una de esas noches…

12/06/2008


Por lo triste, por lo absurdo
Por lo lamentable e inconcluso
Por lo soez e insípido
Por lo vago y por lo estúpido

Por mi tejo amargo y mi falta de tino
Por mis pecados y por cuanta cosa imagino, esta noche no brindo, esta noche no celebro, solo para esta noche he dejado el recuerdo…
Por cuanto me odio, por cuanto me avergüenzo, por cuanto me empequeñezco, por cuanto no encuentro y por cuanto no satisfago…
Esta noche no brindo, esta noche no celebro, solo parea esta noche he dejado el recuerdo.